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martes, 8 de enero de 2013

Genesis 12-17 Prueba de Fe


Hacía ya diez años que Dios había prometido a Abram un descendiente, pero el anciano patriarca aún no tenía hijos. En Génesis 15:2,3 vemos que en lugar de ocultar sus dudas, Abram vuelca todo lo que siente en su corazón a los pies del Señor las cuales habían hecho que Abram se sintiera aún más incómodo después de haber luchado para rescatar a su sobrino Lot. A veces, después de que nosotros pasamos por momentos difíciles y que nos hacen sentir vulnerables también necesitamos abrir nuestro corazón a Dios y contarle nuestras dudas, temores y deseos, en lugar de dejar que carcoman nuestro ser. Salmo 62:8 dice: “Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio”.
Humanamente hablando, la promesa de Dios en Génesis 15:4,5, era imposible, pero Abram “creyó a Jehová y le fue contada por justicia.” Génesis 15:6 (Ver Romanos 4). Dios entonces le da una señal muy común en aquella época. Los animales divididos representaban los dos participantes del pacto. Estos participantes debían pasar por entre los animales divididos, simbolizando que las dos partes del pacto se unían en uno solo. La parte de Abram fue creer la palabra de Dios. En el versículo 17 vemos que Dios concluye el pacto pasando como un horno y una lámpara entre los animales divididos. Este símbolo o representación de fuego se ve en Éxodo 3:2-6; 19:18 y Hechos 2:3.
En aquella época, no tener hijos era una vergüenza y una maldición de parte de Dios. En el capítulo 16 vemos que la fe se debilita por el tiempo y la desesperación. Abram creyó a Dios, pero decide hacerle caso a su esposa y tomar el asunto en sus propias manos. Cuando hacemos esto comienzan los problemas.  Saraí resuelve ofrecer a su sierva Agar a Abram para que tuviera un hijo por medio de ella, esta práctica era común, pero en los ojos de Dios era pecado entrar en poligamia. No debemos ayudar a Dios a cumplir sus promesas por varias razones: 1) cuando le “ayudamos” tenemos más fe en lo que nosotros hacemos que en lo que Dios puede hacer, 2) interferimos en los planes de Dios y 3) compartiríamos la gloria del resultado y a él no le gusta eso.  En esta ocasión, haber tratado de “ayudar” a Dios a cumplir su promesa trajo a Abram, Saraí y Agar trajo envidia celos y odio.
Dios es misericordioso y nos escucha cuando estamos en medio de la aflicción… Él  tiene misericordia de nosotros aún y cuando hacemos las cosas mal. Podemos ver un ejemplo de esto cuando vemos como Dios escucha el clamor de la engreída Egipcia Agar, la cual menospreciaba a Saraí. La misericordia de Dios la podemos ver en cómo Dios le promete a Agar que también será multiplicada y no podrá ser contada, tan es así que hoy conocemos a los hijos de Ismael como musulmanes.
Después de 14 años de problemas. Dios vuelve a hablar a Abram. Abram ya tenía 99 años y necesitaba que Dios le asegurara otra vez la promesa, porque ya había perdido la esperanza de tener hijos propios. Vemos  en Génesis 17:3 que la actitud de Abram era humilde ahora. ¿Cuál es nuestra actitud hacia Dios? Ahora Dios le dice que será padre  de “muchedumbre de gentes”. Para sellar esta promesa Dios cambia el nombre de Abram en Abraham que significa padre de muchos pueblos, y el de Saraí en  Sara, que significa reina. Abram creyó al Señor, pero Sara se rió de incredulidad.
En Génesis 17:9-14 Abraham recibe claramente delineadas las obligaciones que este pacto implica para él y sus descendientes. El pueblo de Dios debe vivir como hijos del pacto, andando delante de Dios. Es importante notar que Dios primero pide fe la cual es contada como justicia. La promesa y la misericordia de Dios no antepusieron la circuncisión para lograr justicia sino que la obediencia a Dios es el resultado natural de la fe en Dios  como agradecimiento por su misericordia (ver Romanos 4-5)
Clase.
1.     Clase.  Cuenta la historia, explicándo los pasajes donde la fe de Abram, Sarai y Agar es fortalecida. Pídeles a los niños que reflexionen sobre por qué fue necesario que pasara tanto tiempo y tantas cosas para que su fe pudiera fortalecerse. Respuesta: porque no podían confiar en su propia capacidad sino reconocer que sin Dios no pueden hacer nada.
2.     Las promesas de Dios. Explicales a los niños que Dios no prometió a Abram que le daría un hijo solo una vez, sino varias. Ayúdales a entender que es normal que nuestra fe flaquee pero que cuando eso sucede necesitamos recurrir a la palabra de Dios y mantenernos fieles a él. Pregúntales a los niños por qué fue necesario que Dios le hiciera la misma promesa tantas veces a Abraham, por qué creen que Dios se esperó tanto tiempo para cumplirla. La respuesta esta en Romanos 5:3-5 pero no se las digas sino hasta que ellos hayan pensado en todas las razones posibles. Pídeles a los niños que busquen los siguientes pasajes en la Biblia:
a.     Génesis 12:2ª, 17
b.     Génesis 13:15, 16
c.     Génesis 15:4,5
d.     Génesis 17:4
e.     Génesis 17: 7-8
f.      Génesis 17:16,19,21

3.     Explícales Romanos 4:13 al 5:11. Dios no le prometió a Abram una gran descendencia gracias a que Él había sido muy obediente sino porque había tenido fe en la palabra de Dios. Asimismo Dios no nos da la promesa de vida eterna por nuestra obediencia a Dios sino por nuestra fe en Jesucristo quien pagó por todas nuestras transgresiones y fue resucitado para nuestra justificación.

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