El periodo después de Moisés y Josué es
considerado la época de los jueces y consistía en una vida espiritual pobre y
de falta de fidelidad a Dios. El grado de fidelidad a Dios estaba directamente
ligado a la vida del juez y estaba constantemente en un círculo vicioso:
1. El pueblo peca. Se alejan de Jehová y empiezan a adorar a los dioses
paganos.
2.
Dios juzga. Por lo general el
pueblo es sometido por los pueblos sometidos con lo que se les pide tributo, le
roban sus cosas, sus mujeres y su dignidad.
3.
Israel se arrepiente. El pueblo
clama a Dios y él responde.
4.
Dios envía a un juez (salvador).
Dios escucha el clamor del pueblo y los perdona enviándoles un juez-gobernador
que los guiará para que regresen a obedecer y respetar a Dios.
5. Tiempo de prosperidad. Dios en su gracia vuelve a darle al pueblo la
prosperidad y paz que tenían antes de haber pecado. A medida que la generación
que vivió bajo la dirección del juez muere, el pueblo regresa a sus viejas andanzas
y vuelve a pecar.
Al igual que con otros personajes importantes
de la Biblia, el nacimiento de Samuel recibe especial atención (compare con
Exodo 2:1-10, Mateo 1:18-2:23). Dios esperó hasta que Ana le dedicara su hijo
para poderle conceder su petición quitarle su esterilidad. Cuando Eli, el sumo
sacerdote de ese tiempo, se entera que ella estaba vertiendo su alma ante Dios,
éste le profetiza que Dios le concederá este ruego. Años después Ana cumple su
promesa y una vez que Samuel fue destetado, fue y lo dejó en el templo para que
sirviera a Dios como el último y probablemente el más importante de los jueces.
Después de Samuel, Ana tuvo otros 3 hijos y 2 hijas.
Eli era un padre permisivo y no corregía a sus
hijos cuando se robaban las ofrendas del pueblo, se acostaban con las mujeres
que velaban la entrada al tabernáculo. Dios le dijo a Elí el juicio que vendría
sobre su casa (1 Sam 2:27-36) y lo ratificó al decirle a Samuel (1 Samuel 3:11-14). Cuando Dios le presenta la revelación a
Samuel y no a Elí, le esta claramente dando a entender que la profecía ya no
llegaría al pueblo a través de Elí sino de Samuel.
La profecía que Dios le dio a Elí “Y yo me
suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo
le edificaré casa firme, y andará delante de mi ungido todos los días.” se
cumple en parte con el reinado de David (Hechos 13:22) pero llegó un momento en
que su casa dejó de ser firme y dejó de andar delante de Dios al caer en pecado
con Betsabé. Podemos afirmar entonces, que la profecía a Elí se termina de
cumplir en Cristo.
Clase
Objetivo: Que los niños entiendan la
importancia de escuchar a Dios y hacerle caso.
1. Introducción
a.
pre-adolescentes. Pregúntales a
los niños ¿en qué ocasiones no les gusta
hacer caso de las instrucciones que se les dan? ¿a quiénes hacen más caso?
(amigos, papas, maestros) ¿Por qué? Hoy vamos a aprender la importancia de
escuchar a Dios y hacerle caso.
b.
niños. Lleva en una caja
diferentes objetos para hacer ruido: un silbato, un martillo para golpear,
papel para romper o para hacer bolita, un reloj despertador, monedas para dejar
caer. No debes dejar que los niños vean que hay dentro de la caja. Pídeles a
los niños que cierren sus ojos. Haz ruido mientras los niños adivinan que
sonido es. Pregúntales a los niños ¿cómo supieron que ruido era? ¿Qué usaron
para descifrarlo? ¿cómo podemos saber que estamos escuchando la voz de Dios?
2.
Clase. Durante la clase cuéntales
cómo Dios le habló a Eli y como le habló a David. Explícales que a veces aunque
escuchamos a Dios, no le queremos hacer caso. Es importante escuchar a Dios y
actuar conforme a lo que él nos pide porque Dios es nuestro Padre. También es
importante recalcarles a los niños que Dios ya nos envió un mensaje y
necesitamos leer la Biblia para conocer ese mensaje.
3. Actuación. Pídeles a los niños que escojan un personaje y lo actúen:
Ana, Elcana, David, Eli, la voz de Dios, el profeta que le da la profecía a
Eli. Haz un concurso a ver quién puede actuar mejor su papel.
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